Referente a la formación de grupos de oración:
“Es necesario. Pero no sólo aquí. Las comunidades de oración son necesarias en todas las parroquias”.
El párroco de Izbicno pregunta sobre las apariciones de Nuestra Señora en tantos lugares:
“Es Dios quien las otorga. Hijos Míos, ¿no han observado que la fe empezó a extinguirse? Hay muchos que vienen a Misa sólo por hábito. Es necesario despertar la fe. Es un regalo de Dios. Si es preciso me apareceré en cada lugar”.
Y, sin embargo, a los videntes, respecto a los que vieron a la Virgen en Izbicno:
“¿No les dije que no se juntaran con esos chicos? Yo soy su Madre y deben obedecerme”.
Referente al atentado de Juan Pablo II:
“Sus enemigos querían matarlo, pero Yo lo protegí”.
Miércoles 23 de junio de 1982
En respuesta al padre Tomislav Vlasic:
“Me han pedido que mantenga buenos y fieles sacerdotes en esta Parroquia, que continúen el trabajo. No teman nada. Esta gracia les debe ser otorgada. De los sacerdotes no pido nada más que la oración con perseverancia y la predicación. Que sean pacientes y esperen la promesa de Dios. Estas apariciones son las últimas en el mundo”.
“No habrá tercera guerra mundial”.
Miércoles 21 de julio de 1982
Referente al Purgatorio:
“Hay muchas almas en el Purgatorio. También hay muchas personas que se han consagrado a Dios: algunos sacerdotes, otros religiosos. Recen por sus intenciones, al menos el Padrenuestro, Avemaría y Gloria siete veces cada uno, y el Credo. Se lo recomiendo. Hay un gran número de almas que están en el Purgatorio hace mucho tiempo porque nadie reza por ellas”.
También a Mirjana le dijo una vez:
“En el Purgatorio hay diferentes niveles; el más bajo está cerca del infierno y el más alto, gradualmente, se acerca al Cielo. Es en el día de Navidad y no en el de Todos los Santos, cuando un gran número de almas abandona el Purgatorio. En el Purgatorio, hay almas que rezan ardientemente a Dios y por las que ningún pariente o amigo reza en la Tierra. Dios hace que ellas se beneficien de las oraciones de otras personas. Dios permite que ellas mismas se manifiesten en diferentes formas, cerca de sus parientes en la Tierra, para recordar a los hombres de la existencia del Purgatorio y para solicitar sus oraciones para acercarse a Dios que es justo y bueno. La mayoría de la gente va al Purgatorio. Muchos van al Infierno. Un pequeño grupo va directamente al cielo”.
Referente al ayuno:
“La mejor forma de ayunar es a pan y agua. Mediante el ayuno y la oración, uno puede detener las guerras y se pueden suspender las leyes de la naturaleza. La caridad no reemplaza el ayuno. Aquellos que no pueden ayunar pueden reemplazarlo, algunas veces, por la oración y la caridad y la confesión; pero todos, excepto los enfermos, deben ayunar”.
“Uno va al cielo en plena conciencia: como la que tienen ahora. En el momento de la muerte, se está consciente de la separación del cuerpo y el alma. Es falso instruir a las personas diciendo que uno vuelve a nacer varias veces y que se pasa por distintos cuerpos. El cuerpo, sacado de la tierra, se descompone después de la muerte. Nunca vuelve a la vida. El hombre recibe un cuerpo transfigurado”.
Referente a ser malo toda una vida y pedir perdón:
“Quien haya hecho mucho mal durante su vida, puede ir derecho al Cielo si confiesa, si está arrepentido por lo que ha hecho, y si recibe la Comunión al final de su vida”.
Referente al Infierno:
“Hoy en día muchas personas van al Infierno. Dios permite a Sus hijos que sufran en el Infierno debido a que han cometido pecados graves e imperdonables. Aquellos que están en el Infierno no tienen la oportunidad de conocer un lugar mejor.
A Mirjana en otra ocasión le dijo:
“Los hombres que van al Infierno no desean ya recibir ningún beneficio de Dios. No se arrepienten ni cesan de rebelarse y blasfemar. Ellos se deciden a vivir en el Infierno y no contemplan dejarlo”.
Otras respuestas de Nuestra Señora dicen que los que cometen pecados graves viven el infierno aquí en la Tierra y lo continúan en la Eternidad. En realidad, ellos van al Infierno porque así lo eligieron en vida y en el momento de la muerte.
Referente a la sanación:
“Para la curación de los enfermos, es importante decir las siguientes oraciones: el Credo, y siete veces el Padrenuestro, Avemaría y Gloria y ayunar a pan y agua. Es bueno imponer las manos sobre los enfermos con óleo sagrado. No todos los sacerdotes tienen el don de sanar. Para recibir este don, el sacerdote debe rezar con perseverancia y creer firmemente”.
La Confesión mensual será el remedio para la Iglesia de Occidente.
“Se debe invitar a la gente a confesarse cada mes, especialmente el primer sábado. Aún no he hablado sobre esto. He invitado a la gente a la confesión frecuente. Les daré mensajes concretos para nuestro tiempo. Sean pacientes porque el tiempo no ha llegado aún. Hagan lo que les he dicho. Hay muchos que no lo hacen. La confesión mensual será el remedio para la Iglesia de Occidente. Este mensaje debe ser transmitido a Occidente”.
Esa noche después de la aparición se vieron dos señales luminosas en forma de rayos de luz en la Cruz del Krizevac y en la Iglesia.
Miércoles 18 de agosto de 1982
Referente a los enfermos informa Mirjana:
“Que crean y oren. Yo no puedo ayudar al que no reza ni hace sacrificios. Los enfermos, como los sanos, deben orar y ayunar por los que están enfermos. Cuanto más firmemente crean, oren y ayunen por la misma intención mayor será la gracia y la misericordia de Dios”.
Referente a un matrimonio entre una católica y un ortodoxo:
“A mis ojos y a la vista de Dios, todo es igual. Pero para ustedes no es lo mismo porque están divididos. Si es posible, es mejor que no se case con ese hombre porque ella sufriría y sus hijos también. Ella tendría que vivir y seguir el camino de su fe con mucha dificultad”.
La Virgen también ora:
“Yo no dispongo de todas las gracias. Yo recibo de Dios lo que obtengo a través de la oración. Dios ha puesto su confianza absoluta en Mí. Yo protejo particularmente a aquellos que se han consagrado a Mí. La gran señal ha sido concedida. Aparecerá independientemente de la conversión de la gente”.
Las oraciones continuas y el ayuno reducen los castigos de Dios:
“Yo he orado, el castigo ha sido mitigado. Las oraciones continuas y el ayuno reducen los castigos de Dios, pero no es posible evitar completamente el castigo. Vayan por las calles de la ciudad. Cuenten los que glorifican a Dios y los que le ofenden. Dios no puede soportar eso más tiempo”.
Durante esta aparición la Virgen confió a Mirjana el décimo y último secreto, las fechas en las que los diferentes secretos se llevarían a cabo y algunos aspectos del futuro. De esto último informó Mirjana el 5 de noviembre de 1983 al padre Tomislav Vlasic para un informe de la Parroquia al Santo Padre en carta del 2 de diciembre del mismo año, publicado por René Laurentin en su libro: ‘La Vierge apparaît-elle à Medjugorje?’ (1984, Versión española de Herder, Barcelona 1987). De la pág. 149 extraemos:
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